jueves, 14 de mayo de 2015

DIABETES Y OBESIDAD RELACIONADA CON LOS PROBLEMAS DE SALUD BUCAL





LA OBESIDAD Y   LA DIABETES,  ENFERMEDADES  A TENER EN CUENTA  EN EL CONTROL Y SALUD  BUCODENTAL


               Parodiando a Hipócrates: “Que tus alimentos sean tu medicina, y tu nutrición la salud y el control bucodental” (KARPEP)


Nuestra sociedad contemporánea, que es  acelerada y  estresada,  ha adoptado una forma de vida  denominada moderna  que le ha posibilitado muchos beneficios y facilidades al ser humano en sus comportamientos y acciones diarias. Pero a la vez le ha generado efectos negativos o perjuicios irreparables,  tales como una cadena de enfermedades letales.  Por ejemplo, en  suplir la necesidad de alimentarse rápida y fácilmente, pero con alimentos saturados de grasas, sales, azúcares, preservantes, etc.,  que le intoxican el organismo; asimismo,  tiene a su alcance una cantidad de opciones de bebidas refrescantes saturadas de endulzantes artificiales que le desequilibra su sistema inmunológico y por tanto su salud física, mental y espiritual; de igual modo,  se puede desplazar rápida y fácilmente  de un sitio a otro, pero  le quita  su normal actividad física que necesita el organismo para estar en forma: en salud.
De modo que,  desafortunadamente,  este estilo de vida adverso para  la saludad del ser humano nos ha legado muchos perjuicios o peligros mortales que silenciosamente atacan y socaban  con el bienestar integral de un gran porcentaje de individuos de la sociedad.  Por supuesto, este estilo de vida moderno  nos han hecho más perezosos, más sedentarios y poco hábiles, lo cual ha desencadenado una cantidad de enfermedades tales como la desnutrición, la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial entre otros efectos  o enfermedades  que sin duda representan un factor de riesgo de enfermedades bucodentales.
  A propósito, nótese el caso de enfermedades como la obesidad y la diabetes (y otras más) que según investigaciones están asociadas al “desmedido consumo de azúcar, dulces, galletas, papas fritas, gaseosas, aceites saturados, café, Coca-Cola, chocolates, cigarrillos, alcohol, vinagres, medicamentos farmacéuticos, químicos, pesticidas, conservantes, etc.”. Los cuales terminan intoxicando al organismo, al entorno en que habita el hombre,  en consecuencia tenemos como resultado unos individuos y una sociedad enferma.
Algunas de esas enfermedades del siglo, como la obesidad (junto a otros factores, como por ejemplo el cigarrillo, el estrés, ciertos medicamentos, diabetes enfermedades cardiovasculares)  se ha transformado en un factor de riesgo de enfermedades bucodentales, en particular en las encías. Al respeto, en un estudio de investigación reciente también “se ha demostrado que la obesidad aumenta el riesgo de enfermedad periodontal y que puede ser la resistencia insulínica la que regula la relación entre la obesidad y la enfermedad periodontal. También se encontró que los individuos con índices de masa corporal (BMI, por sus siglas en inglés) elevada producen un nivel más alto de proteínas inflamatorias”.


Así,  al parecer, según ciertas investigaciones científicas, la obesidad o sobrepeso influye sobre la salud en general, incluso sobre la salud bucal, en cuanto aumentaría el riesgo de la enfermedad periodontal”.  Una nueva investigación científica realizada por la Universidad de Florida de Estados Unidos, observó que la mala salud general aumenta el riesgo de desarrollar periodontitis (enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las encías, ligamentos y huesos).

De hecho, si  una persona sufre de sobrepeso  es porque puede tener una alimentación desequilibrada, rica en ciertos nutrientes, como por ejemplo carbohidratos y grasas y pobre en vitaminas y minerales. “Este déficit puede comprometer el sistema inmunológico  y, por tanto,  empeorar la salud de las encías”.

Las enfermedades periodontales y la periodontitis como consecuencia de estas enfermedades, son las causas más frecuentes de pérdida de dientes. Por ello, para prevenir su aparición es importante controlar los factores de riesgo que pueden desencadenarla, como por ejemplo el sobrepeso.
Las personas que tienen sobrepeso son más propensas a desarrollar problemas orales, especialmente la inflamación gingival. Esto se debe a que los obesos tienen más tejido adiposo (especializado en el almacenamiento de grasa). Este tejido es responsable, entre otras cosas, de la producción de citoquinas, sustancias químicas que aumentan los procesos inflamatorios. Por lo tanto, cuánto más grasa, más citoquinas y más grande se torna la propensión a los procesos inflamatorios.

Por otro lado, y de manera similar, existen influencias notables de la diabetes en relación con la salud bucodental. Por ejemplo, las personas con una diabetes mal controlada tienen más problemas bucodentales, en especial de las encías,  que el resto de la población. Asimismo, cuando las encías están enfermas también dificultan la regulación de los niveles de azúcar en la sangre.
Las gingivitis (inflamación de las encías) y periodontitis (inflamación de las encías con pérdida de hueso de sostén) son las afecciones más comunes y tienden a ser más agresivas en las personas con niveles glucémicos mal controlados.
Asimismo, las heridas bucales, como por ejemplo las producidas por prótesis mal ajustadas, tienden a no resolverse fácilmente cuando la persona con diabetes no mantiene unos niveles de azúcar adecuados de manera regular. Esto ocurre especialmente en las personas mayores. Pero, generalmente, todas las infecciones bucales, en el caso de personas con una diabetes mal controlada, suelen ser más agresivas y se pueden volver crónicas con mayor facilidad. De ahí la importancia de mantener unos niveles de azúcar óptimos

Otros problemas en la boca causados por la diabetes son una afección llamada “boca seca” (xerostomía) y una infección por hongos llamada candidiasis bucal. La boca seca ocurre cuando no hay suficiente saliva (el líquido que mantiene la boca húmeda). La diabetes también puede aumentar el nivel de glucosa en la saliva. La combinación de estos problemas podría resultar en aftas, unas pequeñas úlceras blanquecinas que aparecen en la boca y que son dolorosas.


Cuando la obesidad está asociada con la diabetes, la salud oral requiere cuidados aún más especiales. Las citoquinas causan un alto riesgo de desarrollar una inflamación en el tejido gingival, la cual daña la absorción de la insulina, que es la hormona responsable de la entrada del azúcar en las células.

En conclusión,  ante estas dos severas enfermedades, la obesidad y la diabetes, (y otras como el cáncer y la cardiovascular) es muy importante que las personas comprendan las causas, síntomas, consecuencias y, por tanto prevención y/o control de las mismas. De tal modo  que tomen medidas preventivas y  proactivas, centradas en una balanceada y adecuada alimentación o nutrición, en el deporte y el ejercicio físico-mental para tratar este asunto consigo mismos y para con los miembros de la familia.


De igual modo,  es importante que los odontólogos hagan saber o recalquen a sus pacientes que es de vital importancia  evitar la obesidad y la diabetes llevando un estilo de vida y de nutrición saludable. O si es del caso, si las enfermedades ya existen, persuadirlos en  crear el hábito de  controlar el  peso,   la diabetes,  a fin de reducir la probabilidad de padecer tanto las enfermedades periodontales, como sus posibles complicaciones  que sin duda harán estragos en su corazón, riñones, páncreas, cerebro, boca, dientes y el resto del cuerpo.  Desde luego, esto bajo la supervisión médica y del odontólogo de confianza.